Las larvas de agriotes acuminatus atacan las raíces y los tallos de varios cultivos, masticando los tejidos de las plantas para alimentarse. Esto puede llevar a una reducción del vigor de la planta y, en infestaciones severas, a la muerte de la planta. Las consecuencias para la agricultura varían desde daños leves en los cultivos hasta pérdidas significativas en la producción, lo que podría resultar en dificultades económicas para los agricultores y escasez de suministros alimentarios.